Píntame.

Lo vi y me volví. Me abrazó, le besé. Sentía su respiración en mi nuca junto a la brisa de las olas. Era como volver 18 meses atrás, el mismo espíritu. Sus ataques de pasión sobre mi cuerpo frágil y dócil. El color de la luz de las estrellas sobre nuestras cabezas alumbrando los minutos que hubiera deseado que fueran infinitos. El silencio de una boca y las voces de una simple cogida de manos. 

Que pena que te encuentre ahora que tengo que partir..

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